Filósofo de la Universidad Complutense de Madrid, dicta conferencia en la Facultad de Filosofía «Samuel Ramos», de la UMSNH.

El liberalismo en el continente americano, lejos de ser una traducción del movimiento ideológico de la Revolución Francesa, tiene un origen propio en el pensamiento de ecónomos y sociólogos latinoamericanos, quienes generan una segunda versión del liberalismo, protagonizado por ciudadanos de religión protestante en el territorio de Estados Unidos, mientras que en América del Sur lo protagoniza la sociedad católica de la época.

     Ernesto Castro, profesor de Estética y Filosofía de la Mente en la Universidad Complutense de Madrid, afirmó lo anterior durante su conferencia Neoliberalismo y Postliberalismo, a través de la cual condujo a la audiencia a través de la evolución del pensamiento en México y varios países de América Latina con respecto del liberalismo del hombre, periodo que inicia en la segunda mitad del siglo XVII hasta inicios del siglo XIX.

     Acompañado del catedrático de la Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en el auditorio “María Zambrano”, explicó que la doctrina de Rousseau y la guerra de independencia de los Estados Unidos, influyó en la conceptualización del liberalismo latinoamericano, sin embargo no es una simple copia, sino una evolución en la que predominan dos tendencias principales en el pensamiento: el liberalismo como la independencia de España, el acotamiento del poder económico y político de la Iglesia Católica y la libertad de pensamiento.

     Sin embargo, quedan en este liberalismo Latinoamericano vestigios de una idea de monarquía, mezclada con una incipiente división de poderes, con una supremacía hacia el Legislativo, no hay un total reconocimiento de la igualdad entre las personas, porque en gobiernos como el de Brasil, si bien de manera formal se decretó la abolición de la esclavitud, esta no se dio en los hechos, ya que se pensaba en la necesidad de mano de obra para sustentar al resto de los ciudadanos.

     Por otra parte, en el aspecto económico, otros autores defendieron el libre comercio y la migración, como una forma de engrandecer la nación, dentro del esquema de los primeros habitantes del territorio norteamericano, en el que bajo la figura de conquista de la tierra iban ganando terreo y haciendo más grande la nación sin importar la procedencia de quienes llegaban a las nuevas tierras.

     Países como Venezuela, Argentina, Colombia y Chile, basaron sus modelos de Estado y promulgaron sus primeras constituciones en el entendido de que el pueblo no tenía la suficiente preparación para gobernarse a sí mismo, por lo que requería de una figura monárquica acotada por un poder Legislativo, otro Judicial y un cuarto poder, el Moral, que no lo constituía la iglesia, sino personas educadas, intelectuales que ilustrarían al pueblo sobre lo más conveniente para el Estado.

     En una segunda parte de su exposición, transmitida en vivo por Ustream, Ernesto Castro afirmó que las sociedades fueron transitando hacia la lucha de clases, divididas entre poblaciones urbanas y rurales, conflictos geopolíticos, populismo, dictaduras, provocadas por ideas fundamentalistas en torno a la diferencia de raza, cultura y religión.

     El catedrático afirma que en materia política la postmodernidad hace tiempo que llegó a su fin, sus categorías no son  aplicables a un tiempo como el nuestro, marcado por una grave crisis económica, ecológica y social.

     A diferencia de la época del liberalismo del siglo XIX y primera mitad del XX, rico en fundamentos intelectuales en Latinoamérica, el postmodernismo es muy pobre desde el punto de vista ideológico y políticamente inútil, ya que muchos países han quedado estancados en una réplica exacta de la ideología neoliberal.

     Actualmente las sociedades viven inmersas en la lucha de clases, afirma, de acuerdo a un artículo publicado en www.alphadecay.org, además de conflictos geopolíticos, estrategias neocoloniales, populismo y el fundamentalismo étnico, cultural y religioso.

     El filósofo considera que el postmodernismo resulta intelectualmente muy pobre y políticamente inútil ya que en la mayor parte de las sociedades mundiales se vive como una réplica exacta de la ideología neoliberal.

Ernesto Castro

Ernesto Castro

     Nacido en Madrid, España en 1990, Ernesto Castro es autor de varios libros como Un palo al agua: ensayos de estética (Murcia, 2016) y Contra la postmodernidad (Barcelona, 2011). Coordinador de El arte de la indignación (Salamanca, 2012) y Bizarro (Salamanca, 2010). Colaborador en Indignación y rebeldía (Madrid, 2013), Humanismo-animalismo (Madrid, 2012) y Red-acciones (Valladolid, 2010).

     Durante su estancia en México, la cual dedicará a impartir conferencias de corte académico sobre sus hallazgos en el estudio de la política en América Latina, estará también en  las ciudades de León, Guadalajara, Aguascalientes, Zacatecas, Monterrey, San Luis Potosí, Querétaro, Puebla, Oaxaca y la Ciudad de México.