El programa de sustentabilidad docente regulariza 8,000 horas clase, brindando estabilidad económica a los académicos y certeza a los estudiantes.
En una acción descrita como un acto de «justicia laboral» sin precedentes, la administración central de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), encabezada por la rectora Yarabí Ávila González, ha consolidado la situación laboral de más de mil profesores de asignatura a través de un ambicioso programa de sustentabilidad docente. Esta estrategia, implementada desde el inicio de su gestión, ha logrado regularizar aproximadamente 8,000 horas de clase y más de 1,700 materias que anteriormente se cubrían mediante contratos interinos, poniendo fin a décadas de precariedad para una parte significativa de su plantilla académica y garantizando el inicio puntual de los cursos para miles de estudiantes.

El anuncio de los resultados fue detallado durante la más reciente emisión del programa «Vientos Nicolaitas», donde la rectora Ávila y el secretario general, Dr. Javier Cervantes Rodríguez, expusieron los alcances de una reforma estructural que atiende una de las problemáticas más arraigadas en la historia reciente de la Casa de Hidalgo.
Un Diagnóstico Preciso: El Origen de la Inestabilidad Académica
Durante años, la UMSNH operó con un sistema que mantenía a cientos de sus profesores de base, catalogados como «Asignatura B», con cargas horarias mínimas, en algunos casos de apenas cuatro a ocho horas por semestre. Esta situación, explicó el secretario general, obligaba a la institución a recurrir masivamente a la contratación de personal interino cada seis meses para cubrir la vasta oferta académica.
«Estábamos viendo un creciente número de profesores o la contratación de profesores interinos, y el cual identificamos que en muchas de las dependencias había profesores de base con cuatro horas definitivas, con ocho horas definitivas», señaló el Dr. Javier Cervantes. Este modelo no solo generaba una constante incertidumbre para los docentes, quienes debían someterse a concursos semestrales, sino que también impactaba directamente en la calidad educativa. Era una práctica común que los semestres iniciaran con grupos sin profesor asignado, mientras se desahogaban los tardados procesos administrativos, un problema que la actual administración se propuso erradicar de raíz.

La rectora Yarabí Ávila, por su parte, confesó que esta iniciativa nació de su propia experiencia como docente y de un análisis financiero que reveló el alto costo administrativo y la ineficiencia del modelo anterior. «Nosotros lo vivimos durante mucho tiempo como maestros interinos, luego profesores de asignatura B con una materia. El buscar y cada semestre estar con el nervio de saber si ibas a tener o no alguna materia que te permitiera pues trabajar un poquito más en la universidad», compartió.
La Estrategia: Priorizar al Personal de Casa para Fortalecer la Institución
El Programa de Sustentabilidad Docente se fundamentó en una premisa clara: fortalecer la estructura académica desde adentro. La primera acción contundente fue girar un oficio a todas las direcciones de facultades y escuelas para detener la contratación de profesores interinos que no tuvieran antigüedad en la institución. El objetivo era claro: antes de buscar fuera, se debían aprovechar y consolidar los recursos humanos ya existentes.
De esta manera, se abrió la puerta para que los profesores de base con pocas horas pudieran incrementar su carga académica hasta un máximo de 30 horas, sumando horas definitivas e interinas. Esta medida no solo les proporciona una mayor estabilidad económica, sino que también les permite acceder a prestaciones fundamentales, como la seguridad social, que exige un mínimo de 12 horas para maestras y 16 para maestros.

«Lo que nosotros buscamos es generar justicia en cada uno de nuestros maestros y nuestras maestras, y que lógicamente el patrimonio que se forma a través de prestar sus servicios en la Universidad Michoacana, pues no solamente va a esa parte, sino que es la transformación de nuestros estudiantes», afirmó la rectora Ávila.
El Dr. Javier Cervantes Rodríguez fue el encargado de presentar las cifras que dimensionan el éxito del programa hasta la fecha. «Al día de hoy, llevamos más de 1,000 profesores beneficiados, que se ve reflejado con aproximadamente 8,000 horas y más de 1,700 materias asignadas de forma definitiva», informó el secretario general.
Este cambio tiene múltiples beneficios operativos. Al reducir en 1,700 el número de materias que deben salir a concurso cada semestre, se aligera la carga administrativa tanto en las dependencias como en la administración central. Financieramente, explicó Cervantes, se evitan los pagos retroactivos que se generaban por la tardanza en las contrataciones, los cuales se convertían en un pasivo para la universidad. El impacto más importante, sin embargo, es para los estudiantes. «Los jóvenes van a tener sus docentes al inicio del semestre», aseguró.
Más Allá del Salario: El Impacto en la Dignidad y el Patrimonio Docente
La medida ha sido recibida como un bálsamo por docentes que, en algunos casos, llevaban hasta 20 años esperando una oportunidad para consolidar su plaza y construir un patrimonio. La regularización de sus horas les otorga no solo una mejora salarial, sino también dignidad profesional y la certeza para planificar su futuro.
Se destacó que el programa fomenta la especialización, ya que permite que los profesores impartan materias afines a su área de conocimiento, generando mayor motivación y una transmisión más apasionada del saber. «Se logra que el maestro logre su especialización, que se sienta contento porque la materia que va a dar es precisamente la que le apasiona», comentó la rectora.
El Compromiso de las Dependencias; Facultad de Derecho el pendiente
El éxito del programa ha dependido en gran medida de la colaboración de las diferentes facultades y escuelas. Se mencionó el notable avance en dependencias como el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo, las facultades de Ingeniería Civil, Contaduría y Ciencias Administrativas, Enfermería, Odontología, Químico Farmacobiología, y Medicina Veterinaria y Zootecnia.

No obstante, la administración reconoció que aún existen resistencias. Se hizo un llamado a las dependencias que, como la Facultad de Derecho, han demorado en implementar el programa, para que se sumen a este esfuerzo que beneficia directamente a sus propios compañeros. «Se deben dos años ya que en la Facultad de Derecho se debieron haber realizado mínimo dos concursos, pero lo importante es hacer una evaluación y vemos si vamos bien, vamos mal, y lógicamente enderezar la ruta», puntualizó la rectora, reafirmando que la administración central estará más cerca para impulsar el proceso.
Esta profunda reestructuración laboral en la Universidad Michoacana no solo atiende una deuda histórica con su personal académico, sino que sienta las bases para un modelo educativo más estable, eficiente y justo. La pregunta que queda abierta es cómo esta nueva estabilidad docente se traducirá, en el mediano y largo plazo, en un fortalecimiento medible de la calidad académica, la investigación y el prestigio de la centenaria institución.