En un acto solemne, estudiantes de Medicina de la UMSNH inician su Internado Rotatorio de Pregrado en hospitales del país. Autoridades universitarias y de salud piden a la nueva generación de médicos nicolaitas no olvidar nunca el trato humano al paciente.
La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) realizó, en un acto caracterizado por su transparencia y solemnidad, la asignación de Plazas de Internado Rotatorio de Pregrado a la nueva generación de estudiantes de la Licenciatura como Médico Cirujano. Durante el evento, celebrado el 17 de junio de 2025, autoridades universitarias y del sector salud estatal coincidieron en un mensaje central: la imperiosa necesidad de ejercer una medicina con profundo sentido humano, responsabilidad ética y empatía, valores que deben distinguir a los egresados nicolaitas en cada hospital y clínica del país.

La Misión Humanista de los Futuros Médicos Nicolaitas En representación de la rectora Yarabí Ávila González, el secretario Académico de la UMSNH, Antonio Ramos Paz, dirigió un mensaje contundente a los jóvenes que están a punto de iniciar una de las etapas más definitorias de su formación profesional. Subrayó que, más allá de los conocimientos técnicos y científicos adquiridos en las aulas, su principal encomienda será actuar como embajadores del legado humanista que ha caracterizado a la casa de estudios por más de un siglo.

«Ustedes van a ser los embajadores de la Universidad Michoacana, van a estar representando a nuestra institución en muchas clínicas y hospitales, pero estamos convencidos que llevarán el humanismo a esos espacios», afirmó Ramos Paz. Con sus palabras, buscó recordar a los estudiantes que la medicina moderna no puede desvincularse de la compasión y la cercanía con el paciente. «Tienen que ser los médicos que hagan una diferencia porque tenemos una tradición humanista, una tradición que nos hace ser empáticos ante muchas situaciones», añadió.
El secretario Académico profundizó en los retos que enfrentarán durante el próximo año. No se trata únicamente de un desafío académico, sino de una prueba integral que pondrá a prueba su fortaleza emocional y su brújula ética. “Durante este año las y los alumnos van a enfrentar desafíos clínicos, emocionales y éticos, pondrán a prueba no sólo sus conocimientos sino sus valores, su empatía y la capacidad para trabajar en equipo”, detalló. Enfatizó la enorme responsabilidad que asumen al recibir la confianza de los pacientes, personas que, sin conocerlos, depositarán en sus manos su salud y bienestar.

Para concluir su intervención, Ramos Paz ofreció un consejo paternal y una reafirmación del respaldo institucional: “Sean humildes para aprender, sean diligentes para actuar y valientes para preguntar. Confiamos plenamente en la formación que han recibido hasta ahora y en el potencial que aún está por desarrollarse. Recuerden que no están solos, que siguen siendo estudiantes de la Universidad Michoacana”.
Del Aula a la Clínica: Una Transición de Responsabilidad y Vocación
El director de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas “Dr. Ignacio Chávez”, Víctor Hugo Mercado, se dirigió a los futuros internos con un discurso enfocado en el impacto transformador que tendrán en la sociedad. Destacó que el internado es el puente definitivo entre la teoría y la práctica, el momento en que la vocación se materializa en acciones concretas que pueden cambiar vidas.
«Nunca olviden que van a ser la fuerza de voluntad que va a generar un cambio en la sociedad y en la atención médica en el estado», aseveró el director. Su mensaje resonó con la idea de que cada interno, sin importar el hospital o la comunidad a la que sea asignado, porta consigo la capacidad de influir positivamente en el sistema de salud. “Independientemente del lugar donde se encuentren recuerden llevar siempre su vocación con responsabilidad, ética y humanismo”, puntualizó.

Mercado también quiso desmitificar la percepción del internado como una simple evaluación de habilidades. Lo presentó, en cambio, como un año de aprendizaje intensivo y de autodescubrimiento profesional. «Aprovechen este año, porque es un año de mucho aprendizaje, no de demostrar qué tan buenos o malos son. Aprendan y visualicen cómo quieren ser en un futuro, de eso depende su trayecto en esta vida». Con esta reflexión, invitó a los estudiantes a adoptar una postura de curiosidad y humildad, recordándoles que la grandeza de un médico no radica solo en su destreza técnica, sino también en su capacidad de escuchar y comprender al paciente. «En sus manos van a tener la posibilidad de cambiar vidas no solamente con la atención médica, sino con el simple hecho de escucharlos», concluyó.
La vinculación entre la academia y el sistema de salud público se hizo patente con la participación de Juan Manuel Moreno Magaña, subdirector de Calidad y Enseñanza de la Secretaría de Salud en Michoacán. Su presencia no solo formalizó la recepción de los estudiantes en la red hospitalaria del estado y de otras entidades federativas, sino que también sirvió para establecer un compromiso claro de acompañamiento y seguridad para los internos.

Moreno Magaña reconoció la dureza y exigencia del internado, describiéndolo como una etapa que forja el carácter. «Este evento va a cambiar la vida de todos ustedes porque van a salir siendo una persona totalmente distinta a la que ingrese, se van a forjar un carácter como médicos y eso significa aprender a resolver un problema en un ambiente de hostilidad o adversidad», explicó.
Sin embargo, uno de los puntos más relevantes de su intervención fue el firme compromiso de la Secretaría de Salud con la erradicación de cualquier tipo de abuso o maltrato en los entornos clínicos. «Estamos muy contentos de recibir a esta nueva generación en los hospitales», dijo, para luego añadir una garantía crucial: «Sepan que estamos trabajando en la cero violencia y que no están solos. Hay autoridades estatales que estaremos para apoyarles, y que con toda la confianza pueden acudir a la autoridad local en su hospital o a nuestras oficinas». Este mensaje busca generar un ambiente de confianza para que los estudiantes puedan desarrollar sus actividades en un entorno seguro y respetuoso, una preocupación creciente en el ámbito de la formación médica a nivel nacional.
Dando voz a la generación, la alumna Leanni Chávez González tomó la palabra para compartir la perspectiva de quienes protagonizan este trascendental paso. En su breve pero significativo discurso, resumió el sentir de sus compañeros y la conciencia adquirida tras años de estudio en las aulas de la Facultad de Medicina.
«En los años de carrera dentro de la facultad aprendimos que la Medicina no sólo se estudia en los libros o en las aulas, se aprende en cada paciente, en cada historia y en cada experiencia práctica que enfrentan», expresó Chávez González. Sus palabras encapsulan la esencia del internado: la comprensión de que la enfermedad tiene un rostro humano y que cada caso clínico es, en realidad, una biografía llena de temores, esperanzas y contextos personales que el buen médico debe saber interpretar.
El Internado Rotatorio de Pregrado es un requisito indispensable del plan de estudios de la Licenciatura de Médico Cirujano. Durante un año, los estudiantes rotan por las áreas troncales de la medicina —Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Cirugía General, Medicina Interna, Urgencias y Medicina Familiar—, aplicando sus conocimientos bajo la supervisión de médicos especialistas en hospitales de segundo y tercer nivel, consolidando así las competencias necesarias para su futuro ejercicio profesional.
El evento concluyó con la asignación transparente y pública de las plazas, un proceso que marca el inicio de un camino lleno de desafíos, pero también de invaluables oportunidades de crecimiento. Esta nueva generación de médicos nicolaitas parte con un mandato claro: ser agentes de cambio, no solo por su pericia clínica, sino por la calidad humana que impriman en cada acto médico.